... ¿conejito?.
Efectivamente, el anciano estaba completamente seguro de que se trataba de un precioso y tierno ejemplar de conejo albino. Sus años de experiencia como sexador de animales de granja le habían convertido en una persona extremadamente precisa a la hora de identificar animales de ésta índole.
Lo más extraño era el áura de monisimidad que embolvía a la tan especial criatura, y que hizo que olvidara por completo sus problemas, bueno, eso pudo causarlo su preocupante falta de memoria...

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