...tan simpático mote a su resplandeciente hogar. Entonces no podían imaginar cuan diferentes serían las cosas pocas semanas después.
Estaba atardeciendo, los vecinos se despedian cordialmente en las calles antes de entrar en sus casas, pues era hora de dormir. Las antorchas que iluminaban las calles se fueron apagando, y en sus camas empezaban a dormir placidamente, pero pocos instantes después, el sueño de los pueblerinos sería interrumpido por un escalofriante, lastimero y curiosamente adorable gemido que provenía de cerca...

1 comentarios:

Yun dijo...

Yey! Aquí llega Chuchy! ¡Bieeen!

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